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¿Quién subsidia a quién? Educadoras comunitarias sin reconocimiento. Por: Sofovial

La Red El Encuentro, 3 décadas de construcción colectiva. Por: Sofovial

Coordinadora de Jardines Comunitarios de la Matanza Por: Sofovial

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XIV Encuentro Regional de Mujeres del noroeste.
2011. San Miguel

Mujer bonita es la que lucha . Encuentro Regional de Mujeres 2009. Moron

XVII Encuentro Regional de Mujeres del noroeste.
2014 Hurlingham

21 años de organización de las mujeres en el oeste y noroeste del Gran Buenos Aires . XV Encuentro Regionales de Mujeres .
2012 Moreno

10 películas sobre el conurbano

Películas cuyas historias transcurren en el inmenso cordón urbano que rodea a la Capital Federal. El conurbano, con sus códigos, su estética y su riqueza humana, ha ampliado los horizontes temáticos y geográficos del cine argentino.

«Trilogía Perrone» de Raúl Perrone

Raúl Perrone nació, vive y filma en Ituzaingó, flamante partido del Oeste bonaerense que hasta hace muy poco pertenecía a Morón. Es un referente del cine independiente local antes de que esto se transformara en una confusa clasificación. De su cuantiosa obra escogemos esta trilogía, Labios de churrasco, Graciadió y 5 pal peso, protagonizada por Violeta Naón, Mauro Astchuler y un variopinto elenco en el que figuran desde actores del teatro independiente hasta músicos de rock. Películas que respiran a la par de Ituzaingó, con sus bares, sus calles, sus almacenes y cada tanto algún hecho de violencia.

“Buena vida delivery” de Leonardo Di Cesare

El que es hasta ahora el único largometraje de Leonardo Di Césare fue rodado hace más de diez años y perdura como una de los registros más picantes de la crisis económica de 2001 y sus consecuencias en la gloriosa clase media. Nacho Tosselli interpreta a Hernán, un joven motoquero que vive solo en su casa ya que su familia ha emigrado a Europa. En su afán por conquistar a Pato (Moro Angheleri) alberga a la familia de ella sin imaginar que le montarán una fábrica clandestina de churros en su propia casa. Totalmente desorientado, Hernán busca una solución mientras transita con su moto los paisajes del norte del conurbano bonaerense. Pero no hablamos de aquella zona norte elegante sino la de los cruces de la Panamericana, las remiserías, las estaciones de servicio y las parrillas al paso.

“Luna de Avellaneda” de Juan José Campanella

Para su tercer película realizada en Argentina, Juan José Campanella escogió el tema de los clubes barriales, una célula social que tuvo su esplendor en el siglo pasado y fue herida de muerte en los años del liberalismo. La historia original refería al club “Juventud Unida” de Llavallol, en el partido de Lomas de Zamora, pero para el rodaje se utilizaron las instalaciones del club “Regatas” de Avellaneda, ubicadas a la vera del Riachuelo y rodeadas de fábricas abandonadas. En medio de este paisaje urbano devastado un grupo de socios liderado por Ricardo Darín y Mercedes Morán se esfuerza por mantener el club en pie. Para ellos, en esta lucha hay mucho más en juego que una institución fundamental en la estructura barrial. Está la recuperación de una dignidad como grupo social y de un agridulce registro del tiempo pasado, de aquel viejo fulgor. Historia trasladable a decenas de localidades bonaerenses que vieron morir sus clubes de barrio, espacios vacíos que no han podido ser reemplazados.

«Una semana solos» de Celina Murga

La vida en los countries o barrios privados que brotaron en la provincia de Buenos Aires durante los 90, tarde o temprano iba a plasmarse en la literatura, el cine y las crónicas policiales. Sin ser un género propiamente dicho, ya hay un puñado de películas al respecto (Las viudas de los jueves, Cara de queso). Una semana solos, de Celina Murga, está protagonizada por un grupo de primos y hermanos de entre 7 y 14 años cuyos padres los han dejado por unos días al cuidado de su empleada doméstica. Pileta, juegos, comida rápida y una conducta que ante la ausencia de los adultos va a desmadrarse de algún modo. Y el afuera, lo que está más allá de ese micro mundo de jardines impecables, lo extraño y lo temible, representado por el hijo de la empleada que ha venido de visita. La película habla sobre este modo de vida que fue elegido por cerca de 300.000 personas que habitan en unos 700 countries, una cifra realmente grande que hace que este fenómeno urbano sea insoslayable al momento de hablar del conurbano bonaerense y su gente.

“Vikingo” de José Celestino Campusano

Una de las novedades más resonantes del cine argentino en estos últimos años es la aparición del director José Celestino Campusano y su productora Cine Bruto. Sus películas transcurren en locaciones de los partidos sureños de Berazategui, Florencio Varela, Quilmes y Esteban Echeverría. De todas ellas elegimos para esta lista Vikingo, historia que al igual que la serie Fantasmas de la ruta se desarrolla en el mundo de los motociclistas, una versión conurbana de los “hell angels”. El Vikingo es Rubén Beltrán, toda una autoridad dentro de la familia de la moto por su veteranía y su conservación de códigos muy firmes, siempre mirando de reojo la frontera entre una vida marginal y una vida delictiva. No hay dudas de que el mayor atractivo de ésta, y de todas las películas de Campusano, reside en su factor realidad, gracias a la participación de actores que no son profesionales pero que a pesar de su escasa pericia actoral transmiten su poderosa humanidad.

“Carancho” de Pablo Trapero

Nacido y criado en San Justo, La Matanza, Pablo Trapero es uno de los directores argentinos de mayor renombre dentro y fuera del país. Varias de sus películas han sido rodadas en el conurbano, como El bonaerense y Mundo grúa”. Incluso El clan, su estreno más reciente, recrea el partido de San Isidro de los años 80. Con Carancho impuso un neologismo para nominar a los abogados que frecuentan los hospitales para reclutar entre los accidentados a sus potenciales clientes. Este personaje es interpretado por Ricardo Darín, que toma los casos a través de una fundación trucha, tapadera de una organización mafiosa que en un momento pondrá en riesgo su vida y la de su amante, una médica de un hospital público. Con compás de cine callejero y policial negro, la película aporta algo inusual dentro del cine argentino, que es el registro de las calles del conurbano a bordo de una ambulancia, y también la estresante rutina de una guardia hospitalaria. Para rodar éstas últimas escenas se usó como locación el Hospital de Agudos “Simplemente Evita” de Gonzalez Catán, partido de La Matanza.

“El 5 de Talleres” de Adrian Biniez

En estos tiempos en que el fútbol se ha transformado en un negocio millonario, aquella identificación tan romántica entre un barrio y su equipo de fútbol sobrevive en varios puntos del conurbano. El club Atlético Talleres tiene sus instalaciones en Remedios de Escalada, partido de Lanús, y aunque hoy participe de una de las categorías menores del futbol local fue uno de los equipos fundacionales del profesionalismo argentino. La reciente película de Adrian Biniez versa sobre el momento crítico por el que debe pasar todo futbolista: el retiro. Quien está pasando por ese trance es el Patón (Esteban Lamothe), capitán y líder espiritual del team sureño en la lucha por no perder la categoría. Claro que no se trata del retiro de un futbolista famoso sino de un laburante que sabe que cuando cuelgue los botines deberá ingeniárselas para sobrevivir, y allí estará su mujer (Julieta Zylberberg) para acompañarlo. El 5 de Talleres es a la vez que un sensible ensayo sobre las grandes decisiones, un retrato sobre los tantos barrios del conurbano que han logrado sostener su equipo de fútbol como sello identitario.

“La mujer de los perros” de Laura Citarella

En Moreno, uno de los partidos del conurbano más alejados de la Capital Federal, transcurre La mujer de los perros, inquietante película de la directora platense Laura Citarella interpretada por Verónica Llinas. En un punto geográfico a mitad de camino entre el suburbio y el campo, una mujer vive en un rancho rústico acompañada de varios perros. De a poco, a través de situaciones mínimas ella irá siendo recuperada por la sociedad; decorando su morada, mejorando su aspecto físico y comenzando a comunicarse con los demás. Estos pequeños detalles apenas perceptibles son el pulso de una película que debe recorrerse sin pedir más explicaciones que la que la historia nos ofrece, y esta historia no podría ser tal sin ese paisaje del conurbano que todavía conserva algo de silvestre y que tarde o temprano será urbanizado.

“La Salada” de Juan Martín Hsu

En la localidad de Ingeniero Budge del partido de Lomas de Zamora funciona “La salada”, considerada la feria más grande de América. Este colosal conglomerado de puestos que alimenta cada tanto las crónicas policiales es, por sobre todas las cosas, el lugar en el que trabajan miles de personas y uno de los puntos en donde se produce la más variada confluencia de inmigrantes en nuestro país. Este es el espíritu de la película de Juan Martin Hsu, cineasta argentino hijo de taiwaneses, que narra las vivencias de tres personajes que intentan sobrevivir económica y emocionalmente con la feria de La salada como lugar común. Se trata de un boliviano recién llegado a la Argentina, de un próspero empresario coreano aferrado porfiadamente a sus tradiciones y de un solitario muchacho taiwanés que vende películas y duda en integrarse a su nueva tierra. Película que no pretende una crítica social ni un testimonio documental, pero que encuentra en el desenvolvimiento natural de sus personajes un registro sensible de la cotidianeidad en ese punto clave del conurbano.

“Uno mismo” de Gabriel Arregui

Quilmeño y fanático del equipo de fútbol de la cerveza, en su tercera película el director Gabriel Arregui cuenta la historia de un muchacho de barrio enfrascado en sus rituales de soltero y en sus emociones mundanas: sus gustos musicales, alguna salida nocturna y el seguimiento del club de sus amores. A Uno (tal es el nombre del personaje interpretado por Chino Darín) le ha llegado la hora de decidir si continuar con su vida solitaria o compartirla con Una (María Duplaa, también con arraigo quilmeño). Película acerca de las soledades suburbanas construida en dos universos enfrentados: la intimidad infranqueable del personaje y un mundo real necesariamente compartido. El director Arregui escapa al costumbrismo e introduce los pensamientos de Uno con animaciones y viñetas a modo de comic, pero deja al natural uno de los momentos más intensos de la película con su protagonista enfrentándose a sí mismo, de cara al río en la playa de Quilmes.