
Por Paula Segovia – Observatorio del Conurbano Bonaerense
El mercado laboral del conurbano bonaerense atraviesa una etapa de freno en su recuperación postpandemia. Los últimos datos disponibles de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, segundo trimestre 2025) muestran que el desempleo se mantiene en valores cercanos al 10%, mientras persisten brechas estructurales por edad y género, y vuelve a crecer la informalidad laboral. Por su parte, en el medio de una controversia respecto a la metodología para su medición, la pobreza y la indigencia continúan descendiendo luego del pico registrado en 2024. Sin embargo, las desigualdades persisten y afectan con mayor crudeza a los niños, niñas y adolescentes del conurbano. En este escenario, los indicadores laborales y sociales del conurbano permiten observar tensiones persistentes entre recuperación, estancamiento y precariedad.
Durante el segundo trimestre de 2025, el mercado laboral del conurbano bonaerense mostró señales de estancamiento tras la recuperación observada en los años posteriores a la pandemia. Según la última EPH, la tasa de desempleo alcanzó el 9,8%, apenas por encima del 9,7% registrado en el trimestre anterior, aunque mayor al 9,1% del mismo período de 2024.
La brecha de desempleo entre mujeres y varones continúa siendo significativa. En el segundo trimestre de 2025, la desocupación femenina alcanzó el 11,5%, frente al 8,5% registrado entre los varones. Si bien esta diferencia se mantiene de manera constante en el tiempo, en la pospandemia hubo una excepción y en la segunda medición de 2020, ambos grupos presentaron niveles similares de desempleo (13,9% en mujeres y 13,7% en varones). Sin embargo, a partir de 2021 la brecha volvió a ampliarse. Así, en 2023 el desempleo masculino descendió hasta el 6,7%, mientras que el femenino lo hizo a más lentamente, llegando a 8,5%.
Entre el II trimestre de 2024 y el II trimestre de 2025 la desocupación creció en todos los grupos etarios, a excepción del grupo de personas mayores de 60 años, donde se redujo de 7,8 a 7,0. En contraste, en el grupo de personas de hasta 24 años, el aumento de la desocupación es el más elevado, alcanzando el 21,4%, marcando un incremento de 2% desde el mismo trimestre del año anterior.
Un aspecto clave a ver junto a la desocupación es la informalidad, que en el último trimestre volvió a aumentar y se ubica en 40,0%, mientras que en trimestres anteriores se encontraba en valores cercanos a 38%. La informalidad afecta con mayor intensidad a las y los jóvenes alcanzando 59,8% en el grupo de hasta 24 años.
Mirando la informalidad según género, el 42,5% de las mujeres trabaja en la informalidad, mientras que este valor desciende a 38,1% en la población de varones. Este fenómeno se repite sistemáticamente, y en los últimos dos años se amplió la diferencia, mientras en 2022 y 2023 la diferencia entre varones y mujeres no superaba el 2%, en 2024 trepó a 7.6, y en 2025 a 4.4%.
Los indicadores de pobreza en el conurbano muestran un leve aumento, pasando de 34,5% (1er trimestre 2025) a 36,4%. No obstante, comparando con el mismo semestre del año anterior se observa una baja de alrededor de 20 puntos. Este descenso debe interpretarse con precaución, ya que hay fuertes cuestionamientos metodológicos sobre la medición de las canastas por parte del INDEC, en función de la composición y ponderación de la canasta de bienes y servicios que se utilizan para calcular la pobreza e indigencia.
En términos generales, se observa que el grupo más golpeado por la pobreza y la indigencia es el de menores de 17 años, con más del 10% de diferencia respecto a la media para pobreza.