Marisa Fournier dirige la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación de la UNGS, que en el 2017 cuenta con su cuarta edición. Es socióloga, investigadora y docente del Área de Política Social del Instituto del Conurbano (UNGS). Integra la Colectiva Feminista Conurbanas y forma parte de la Red Interuniversitaria por la Igualdad y Contra las Violencias de Género.
Con ella hablamos sobre el crecimiento y consolidación de los movimientos de mujeres en el Conurbano Bonaerense, su incidencia para la puesta en agenda de temáticas con perspectiva de género a nivel nacional, lo alcanzado y lo que falta por hacer a nivel de políticas públicas. Señala que el movimiento que se ha ido gestando es diverso, con un fuerte tejido organizativo y fortalecido a través del tiempo. “Creo que una de las características más notables del feminismo en el Conurbano es su claro carácter popular, en donde discriminación sexual, étnica y desigualdades de clase se reúnen y sobre imprimen en una misma lucha”.
Por Adriana Rofman[1] y Anabella Zamora[2]
Entrevista a Marisa Fournier
Sentando las bases
El movimiento de mujeres, en especial el movimiento feminista, estaba históricamente protagonizado por mujeres de clase media, mayormente porteñas y de izquierda. ¿Cómo fue que comenzó a surgir este nuevo movimiento popular del Conurbano, que es tan activo actualmente?
El movimiento feminista en Argentina y en el Conurbano debe entenderse como parte de un proceso largo. Pueden encontrarse antecedentes en las luchas anarquistas de las obreras de principios de siglo, o en aquellas -como Julieta Lanteri o Alicia Moreau – que impulsaron el derecho al sufragio femenino, conquistado recién en 1947 y efectivizado en el 51’ durante el gobierno peronista. Durante la dictadura, un nuevo movimiento de mujeres nació ligado a la búsqueda de hijas, hijos y familiares desaparecidos. Ellas, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, entre las que había más de una que vivía en el Conurbano, dieron un giro político a la maternidad. Es necesario aclarar que no siempre quienes integran el movimiento de mujeres se han identificado como feministas, sin embargo, de uno u otro modo desarrollaron prácticas y posicionamientos feministas. Con esto me refiero a la capacidad que han tenido en transformar la subjetividad y el posicionamiento de sí mismas y de otras, de sí mismas junto con otras, discutiendo los modos en los que se construye autoridad, inventando formas más colectivas de construcción de poder. Esta cuestión toca las fibras más sensibles de la estructura patriarcal y genera una nueva sensibilidad entre mujeres. [ Ver la nota completa en el PDF adjunto ]
[1] Coordinadora del Observatorio del Conurbano. Investigadora docente del Instituto del Conurbano/ UNGS
[2] Encargada de Comunicación, equipo técnico Observatorio del Conurbano. Lic. en Comunicación Social y Periodista