Por Bárbara Couto
Con la colaboración de Anabella Zamora y Walter Bustos

El último informe del INDEC, relativo al tercer trimestre de 2016, muestra que el índice de demanda de empleo para el Conurbano corresponde al 36,2%. Se trata de casi dos millones de personas en esta situación.
La tasa de desocupación alcanza el 10,6% en el Conurbano, dos puntos porcentuales más que la tasa a nivel nacional.
Los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas son los más afectados en la caída del empleo. Y en cuanto a rubros, los más golpeados son la construcción y la industria manufacturera.

La publicación sobre Mercado de Trabajo del INDEC para el tercer trimestre de 2016, ratifica lo que se temía y se sentía ya en la economía de los hogares y las empresas: que el impacto de la recesión sobre el empleo sería profundo en especial en las zonas de gran concentración económica.

La oferta de empleo en el Conurbano Bonaerense está determinada por condiciones estructurales y también coyunturales. En cuanto a las determinaciones estructurales, las localidades que integran el Conurbano han sido históricamente polos de atracción de población migrante por las oportunidades de trabajo que concentraron en los años de crecimiento económico, mientras que las zonas rurales tendían a expulsar mano de obra, como resultado de la expansión de los cultivos sojeros.

La concentración económica y poblacional es producto de un proceso que lleva ya casi un siglo, por medio del cual industrias y comercios se localizan en zonas que ya tenían un desarrollo relativo o en sus periferias. Es por este grado de concentración que la declinación de la actividad económica se refleja inmediata y profundamente en el empleo en esta región.

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