Dr. Rodrigo Carmona
Investigador-docente Asociado ICO-UNGS e investigador independiente del CONICET
Co-Director del Programa de Investigación Interinstituto UNGS “Empleo, Trabajo y Producción”.
El desarrollo de un nuevo 01 de mayo, en tanto conmemoración del “Día del Trabajador”, permite hacer un balance en relación a la situación laboral en la Argentina de hoy. En primer lugar, a partir de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, durante el año 2024 con el gobierno de Milei la desocupación abierta pasó del 5,7% a un 6,4%, sumando a 163 mil personas y llegando a 1,4 millones de desocupados si se proyecta al conjunto del país. Además, la presión sobre el mercado de trabajo, que tiene en cuenta personas con problema de empleo y aquellas que teniendo un empleo buscan otra ocupación debido principalmente a la falta de ingresos, alcanzó para los 31 aglomerados urbanos un 29,4 % de la Población Económicamente Activa (PEA) frente al 27,4% del IV trimestre de 2023[1]. De este modo, cerca de 5 millones de personas proyectando a nivel país se encontraban buscando empleo a fines de 2024, casi medio millón más que en relación al año anterior.
En esta línea de análisis, según un último informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP)[2], sobre la base de la EPH-INDEC para el IV trimestre de 2024, el pluriempleo aparece como proceso en expansión. En un escenario de caída generalizada de ingresos 2,4 millones de personas deben recurrir a más de un empleo para poder subsistir. Si bien el fenómeno no ha parado de crecer desde el año 2016, con la excepción de la pandemia, la última medición del IV trimestre de 2024 marcó un récord histórico en materia de pluriempleo: un 12,4 por ciento de la población ocupada. En este marco, el tiempo dedicado al trabajo alcanzó para ellos un pico de 16,8 horas diarias. Por otro lado, 5 millones de trabajadores superan las 45 horas semanales, frente a las 42,8 horas de los que poseen un solo trabajo, dando cuenta de la pauperización de los ingresos y el deterioro significativo en el poder de compra de los salarios. Si se considera la última década, los salarios perdieron así un 25% de poder adquisitivo. Ello se hace evidente tomando como indicador el salario mínimo, con una pérdida del 31 % en los últimos 16 meses, alcanzando un poder adquisitivo menor al que se tenía durante la crisis del 2001, según destaca un informe reciente del área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP)[3].
Por otra parte, según el INDEC la informalidad laboral creció el año pasado del 41,4% al 42%, con una mayor incidencia para las mujeres. Esta dinámica se articula con la pérdida de más de 100 mil puestos de trabajo formales en el sector privado desde fines de 2023. Si se contempla la caída de puestos de trabajo en el sector público y del personal en casas particulares, la destrucción de empleo asalariado registrado alcanzó más de 194 mil casos. Se observa entonces la expansión de modalidades contractuales más individualizantes y desprotegidas, como el monotributo, y el reemplazo del trabajo formal por vínculos de mayor precarización. Esta dirección hacia una mayor flexibilización laboral y reducción del costo de mano de obra aparece validada desde el gobierno con la aprobación de la Ley Bases y también promovida por el Fondo Monetario Internacional, que busca profundizar el curso con la aprobación de una reforma laboral que, según trascendidos extraoficiales, podría llevar la jornada laboral hasta 12 horas, sin pago de horas extras.
Resulta singular así que, al cumplirse un nuevo aniversario por los mártires de Chicago en el siglo XIX, que pedían por una jornada laboral de 8 horas diarias –dado que podía alcanzar hasta 18 horas-, la situación en el contexto argentino con el gobierno de Milei suponga un retroceso pronunciado hacia el pasado en materia laboral. Existen en la actualidad otras opciones que miran hacia adelante y van de la mano de reducir la jornada laboral, contemplar los nuevos tipos de trabajo y aumentar el salario mínimo de los trabajadores, no sólo en otras latitudes sino en América Latina particularmente (avances en este sentido, se están planteando en México, Brasil y Chile). En este marco, para revertir este escenario regresivo en la Argentina actual el desafío es político y dependerá de los actores involucrados si se avanza en una u otra dirección.
[2] https://ipypp.org.ar/2025/04/30/1-de-mayo-2025-cuando-el-trabajo-vuelve-a-ser-lucha-por-la-subsistencia/
Frases destacadas
Argentina retrocede en materia de derechos laborales frente a países vecinos como México, Brasil y Chile
Récord histórico en materia de pluriempleo
Crecen los contratos individualizantes como el monotributo