02-07-2024

El pasado martes 2 de julio se realizó el evento «¿Intermediarios o cogestores? El rol del Estado y las organizaciones en las políticas de provisión alimentaria».(1) En este conversatorio se debatió sobre el papel de las organizaciones sociales en la gestión de la política alimentaria y, más ampliamente, su rol en la reproducción social de la vida en territorios con altos niveles de vulnerabilidad social como el Gran Buenos Aires.

Participaron investigadore/as docentes del Instituto del Conurbano, que presentaron los resultados de una encuesta realizada entre mayo/junio del 2024 a 71 organizaciones sociales del Gran Buenos Aires; Santiago Fidanza, Subsecretario de Organización Comunitaria del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires; Victoria Pastori, Directora de la Agencia para la Integración de la Política Social de la Municipalidad de Gral. San Martín; el Padre Fabio Solti de la Capilla Ntra. Sra. de Luján del municipio de San Miguel y Gabriela Fantín, Responsable del Área de donantes de la organización Banco de Alimentos de Buenos Aires.

Dos ejes organizaron la discusión: por un lado, la articulación entre las organizaciones sociales y el Estado, en sus diferentes niveles para la provisión de políticas públicas en clave de co-producción/co-gestión de la política, y por el otro, los desafíos que atraviesa la gestión de estas políticas en materia de registro, sistematización, rendición de cuentas y trazabilidad.

En el conversatorio se destacaron algunas cuestiones relevantes ¿Sería deseable que el Estado despliegue en solitario la política de provisión alimentaria? La densidad y profundidad de la problemática social implica que el Estado no pueda abordar por sí sólo el complejo conjunto de cuestiones sociales en forma integral. Sin embargo, también se planteó que no sería virtuoso que trabajara aisladamente, si así pudiera. En torno a esto, surgió la idea de complementariedad entre Estado y Sociedad en la provisión de lo público o en la gestión del bien común a partir de las capacidades y saberes diferenciales con las que cada uno cuenta. La capilaridad, el anclaje territorial, el trabajo colectivo solidario del mundo asociativo es un activo que el Estado no puede desperdiciar en el ejercicio de la garantía de derechos para las comunidades. En el encuentro entre Estado y organizaciones sociales y en los aportes y miradas de ambos se podrán forjar mejores políticas públicas, tanto en el contenido sustantivo como en los aspectos procedimentales vinculados a la rendición y control de cuentas. El registro, la transparencia y la trazabilidad son parte inherente a brindar un bien público pero el tipo de requerimiento hacia las organizaciones debe contemplar sus realidades y condiciones a fin de no constituirse en un obstáculo.

Santiago Fidanza, Subsecretario de Organización Comunitaria del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, destacó la insuficiencia de las políticas alimentarias de asignación directa frente a la gran demanda y el deterioro social. Afirmó: «el gran problema del planteo del gobierno nacional sobre el rol de las organizaciones en la provisión de la política alimentaria es que no plantea una alternativa. Como Estado no tenemos la capacidad de abordar el territorio de manera integral. Las organizaciones facilitan el acceso».

El Padre Fabio Solti recalcó la importancia de las organizaciones sociales a la hora de cubrir necesidades básicas y fortalecer el tejido social. «Estamos discutiendo el rol del Estado y las organizaciones porque hay hambre, no debemos naturalizar ese aspecto», señaló. Fabio remarcó que el trabajo de las organizaciones va más allá de la simple distribución de alimentos, ya que «la gente que tiene hambre no solo tiene hambre sino que está golpeada. Las  organizaciones conocen sus anhelos y su historia».

En esta misma línea, Gabriela Fantín abordó la importancia de las organizaciones a partir del 2001 y reivindicó la figura del intermediario, aunque indicó que en la actualidad “no hay intermediación posible sin control y rendición de cuentas”. Desde el Banco de Alimentos se articula con la industria alimentaria, captando los desperdicios de la industria y derivando los productos que no se pueden comercializar hacia el Banco y luego hacia los comedores.

También Victoria Pastori, de la Municipalidad de San Martín, destacó el alcance de la labor con las organizaciones. Desde el gobierno local trabajan con una red con 180 comedores y merenderos gestionados por organizaciones sociales. Además, entregan 1600 bolsas alimentarias con las que articulan con OSC. Victoria advirtió sobre la necesidad del encuentro entre Estado y organizaciones sociales y agregó: «Las organizaciones además resuelven otros problemas ligados a la violencia de género, a la salud, al acceso a la cultura. El alimento es la entrada para garantizar otros derechos.”

Además, Gabriela explicó diferentes sistemas de registro y seguimiento que ya se están implementando pero afirmó que se hay que pensar un sistema posible para las organizaciones. Por su parte, Victoria recalcó: “Más allá de lo procedimental quiero destacar el encuentro con las organizaciones sociales que están en el territorio, para identificar qué necesidades tienen y qué otros recursos se pueden fortalecer. El Estado sólo no puede pero las organizaciones tampoco”.

1 Para ver el conversatorio completo ir a https://www.youtube.com/watch?v=f5eFqYtv3Ig