El acuerdo compartido fue la necesidad de encarar y abordar las violencias de manera integral pero también de manera territorializada
”La diplomatura surge de una convergencia entre una necesidad institucional (del Ministerio de las Mujeres Género y Diversidad) a nivel federal en todo el país de formación de cuadros político-técnicos y una experiencia (del Instituto del Conurbano de la UNGS) probada y con un impacto sustantivo muy importante en términos de la formación rigurosa y comprometida en estos temas”.
Marisa Fournier. Socióloga con estudios de posgrado en economía social y solidaria, investigadora docente del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Dirige la diplomatura en género políticas y participación (DGPyP) y comparte la dirección de la Diplomatura de Género y Abordaje Integral de las Violencias por motivos de Género (DAIVG) con Laurana Malacalza, subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género de la Nación.
¿Por qué el ICO decidió realizar esta nueva diplomatura?¿Cómo fue el proceso de creación de la Diplomatura de Género y Abordaje Integral de las Violencias por motivos de Género (DAIVG)?
La Diplomatura de Género y Abordaje Integral de las Violencias por motivos de Género nace del encuentro entre dos cuestiones: por un lado, una trayectoria ya de 9 años de implementación sistemática de la diplomatura en Géneros, Políticas y Participación (DGPyP), una idea que nació en el 2013, se implementó en 2014 y que todavía está vigente. La DGPyP está centrada en la formación de cuadros político-técnicos que sean capaces de abordar las diferentes manifestaciones de las desigualdades de género y termina generando y produciendo proyectos de intervención. En este marco ya se han formado 600 cuadros político-técnicos y se han inventado/desarrollado/diseñado aproximadamente 75 proyectos de intervención. Esta diplomatura tuvo una resonancia muy importante, se formó gente de diferentes municipios de la Provincia de Buenos Aires y del conurbano, y también gente que migró a otras provincias llevando algo de lo aprendido.
La resonancia de esto llevó a que el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad nos convocase para pensar juntes la oferta formativa de la DAIVG. Entonces, surge de una convergencia entre una necesidad institucional a nivel federal en todo el país de formación de cuadros político-técnicos y una experiencia probada y con un impacto sustantivo muy importante en términos de la formación rigurosa y comprometida en estos temas. Surge de ese encuentro, así como en 2013, cuando hubo una demanda municipal que hizo lugar a que formuláramos la DGPyP con el impacto que tiene. Ahora, para diplomatura de Género y Abordaje Integral de las Violencias por motivos de Género (DAIVG) esta demanda se extiende al plano federal con otros desafíos maravillosos que estamos asumiendo con conciencia, con compromiso y con el backup de una experiencia que nos sigue sorprendiendo por el impacto que tiene.
¿Cómo fue el proceso de trabajo con el Ministerio de las mujeres, géneros y diversidad en el diseño de la propuesta de la DAIVG?
El proceso de trabajo para esta diplomatura federal para el abordaje integral de las violencias por motivos de género, y ahí hay una clave en la palabra integral, fue un trabajo compartido en donde pusimos al servicio de la gestación de esta diplomatura los conocimientos que teníamos y una proyección estratégica compartida en la que hubo una sintonía sorprendente. No siempre tenemos una afinidad con todos/as/es pero en este caso había una mirada compartida en torno a qué significa el abordaje integral de las violencias, de quiénes son las responsabilidades diferenciales para encarar este tema tan profundo, tan denso y tan atado a matrices culturales, a formas de hacer, de ver, de pensar, y también a formas de sentir. El otro acuerdo compartido fue la necesidad de encarar y abordar las violencias de manera integral pero también de manera territorializada. Entonces, ahí hay un saber que aloja el Instituto del Conurbano, y la diplomatura si se quiere es como una expresión de este saber anclado en el ICO que tiene que ver con el trabajo con actores muy distintos. Esto nos facilitó a nosotres trabajar con una unidad de gestión ministerial porque estamos acostumbrades: no somos académicas y académicos típicos de oficina sino que somos personas que también nos involucramos con procesos de gestión pública y comunitaria, entonces, ahí tenemos un terreno allanado. El otro terreno allanado es llevar y transferir esta experiencia a cursantes de una diplomatura federal, y ahí está otro desafío porque las realidades territoriales de las provincias no son las realidades territoriales de «lo urbano».
Otra de las cosas que pusimos al servicio y fue muy bien recibida por el ministerio fue el camino compartido con la RUGE (Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias). Una red nacional que creamos en 2015 y donde yo coordino el CPRES Metropolitano lo cual me permite estar en relación con las coordinadoras de los otros CPRES (los CPRES son unidades territoriales que conjugan a universidades de diferentes zonas del país). Esto nos permitió establecer lazos con docentes de esas zonas que van a ser quienes acompañen al estudiantado de estas provincias, con lo cual va a haber un saber situado de cómo se presentan las violencias, de cuáles son las estrategias que se llevan adelante y del pensamiento colectivo acerca de cuáles serían las mejores estrategias para abordar este flagelo tan terrible que tenemos que son las violencias por motivos de género.
Ahí hubo otro acuerdo, otro mojón del proceso de trabajo colectivo que fue la articulación entre la UNGS, el ICO, las universidades con las cuales veníamos trabajando en temas de violencia de género a partir de la RUGE de diferentes zonas del país y el Ministerio que también tiene su trabajo a nivel federal. Fue la conjunción de elementos, no hay una sola variable explicativa sino que fue el encuentro entre diferentes dimensiones que hacen a que esta diplomatura a nuestro criterio vaya a tener impactos importantes que estamos convencidas de que hay que generar.
¿Qué expectativas tienen a futuro tanto de los graduados o durante la cursada? ¿Qué impacto se espera que tenga la DAIVG?
Hay una cuestión que tiene que ver con la caja de herramientas, nuestra profesión tiene una caja de herramientas que son los conceptos, las ideas, que a veces te ponen una lente diferente con el que miras lo mismo pero desde otro punto de vista y te permite interpretar un fenómeno con otro tipo de elementos. Las ideas y los conceptos también te permiten imaginar de otro modo la situación. Entonces, por un lado es la formación conceptual, de qué hablamos cuando hablamos de géneros o cuando hablamos de pensamiento binario, donde sólo existen mujeres y varones, qué pasa cuando pensamos eso, o cuando hablamos de discriminación sexual y qué tiene que ver esto con la violencia, con el sufrimiento y con el padecimiento, o de qué hablamos cuando hablamos de igualdad. Estos son todos conceptos. Hay una parte que tiene que ver con la formación conceptual que es como miramos y cómo interpretamos aquello que nos pasa. Ese es un paquete de impactos que pensamos que queremos: que se formen teórica y conceptualmente.
El otro paquete importante, que tiene que ver con las expectativas es cómo se vinculan esas ideas con herramientas de gestión: la formulación de proyectos de intervención. La parte más «fierrera» y de acción, de poner en juego esas herramientas conceptuales con un método, con la organización de las ideas en un tiempo y darle más cuerpo. Queremos que se vayan con conceptos pero también con herramientas de diseño de proyectos.
Un tercer elemento, que te diría que es el deseo más profundo que tenemos, es el objetivo estratégico de que la diplomatura no sólo sea un espacio de formación (porque se puede hacer de cualquier manera, herramientas teóricas y metodológicas pueden darse en cualquier curso), sino que se generen tramas territoriales interactorales que puedan usar aquello que aprendieron. Este tercer objetivo estratégico le da sentido a todo el resto. Si esto no sucede, de todos modos vas a tener gente formada. Pero si sucede, vamos a cumplir con aquello por lo cual nos encontramos en el 2020 con las colegas del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Estamos apuntando a eso. Que sea un espacio de formación, pero que a la vez sea un dispositivo de intervención desde la política pública nacional. Y ahí es cuando nos encontramos el ICO-UNGS y el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad: hay un interés común.
¿Qué estrategias piensan realizar para que la oferta sea conocida a nivel federal?
Nosotras queremos que la gente que forme parte de esta oferta formativa esté comprometida con algo y no solo la curse para aumentar su currículum individual (aunque también es válido). La postulación va a ser grupal: alguien del estado municipal o provincial (de todo el país) tiene que postularse y tiene que postular a un grupo de entre 3 y 7 personas. Esas personas forman parte de un grupo que se presenta para el cursado de la diplomatura y deben generar una pequeña carta, de no más de una carilla, en donde dicen las razones por las que se están postulando y en qué quisieran aplicar los conocimientos adquiridos. En ese “por qué nos estamos anotando” vamos a tener un pequeño diagnóstico: “nos anotamos porque suceden estos temas en nuestro lugar /territorio /provincia /municipio y pensamos que esta diplomatura nos va ayudar a mejorar…” Entonces ahí ya tenés una mirada. Creemos que la diplomatura como dispositivo de intervención, ya incide de algún modo en la configuración de estas tramas: te tuviste que poner a trabajar, pensarlo, reunir un grupo de gente y decir vamos a hacer esto y porqué. Entonces ahí ya tenés una intervención desde la misma postulación.
Como quienes deben postular al grupo tienen que ser de algún nivel de gobierno (aunque pueden incluir a sociedad civil) hay un primer canal de comunicación -aunque no exclusivo-, que van a ser las localidades y los municipios vinculados con el ministerio que tiene alcance nacional. También está la RUGE, la red universitaria, y a partir de ahí tenemos relación con todas las universidades públicas que trabajan género en el país. En general, quienes trabajamos temas de género no estamos desvinculadas de los actores y las actrices locales que trabajan este tipo de cuestiones. Trabajamos género, nos relacionamos con los municipios, nos relacionamos con la nación. Que hayan ido a la UNGS y al ICO tiene que ver con otros tipos de vínculos que tenemos quienes nos dedicamos a estos temas, con los agentes públicos y de la sociedad civil. Ahí tenés un primer plano. Un segundo plano tiene que ver con esto que te decía: se van a recibir con proyectos de intervención. La idea es que después el ministerio pueda retomar junto con los actores locales estos proyectos o ideas proyectos que se formularán en el marco de la diplomatura.
¿Qué tipo de articulaciones con el territorio se proponen desde la diplomatura en los proyectos de intervención, más allá de qué van a ser los estudiantes en muchos casos?
Desde la formación estamos generando el escenario de encuentro con una formación rigurosa, de carácter anual. Durante 9 meses va a tener un grupo de personas que se anotó de manera grupal pensando en clave de género, clave de desigualdades y violencia de géneros. Eso ya es generar un escenario de encuentro y de pensamiento focalizado en un tema específico y con lazos territoriales durante todo un año. Eso ya es una intervención. Entonces vos estás generando un escenario como para que concentren toda su creatividad y capacidad en torno a estos temas y los estamos dotando de conceptos y herramientas metodológicas. No están pensando cualquier cosa: vos te das un espacio en la agenda para pensar el tema de las violencias, el abordaje integral de las violencias y vas generando lazos, información, ideas. Ahora, cuando la diplomatura cierra (que cierra abriendo, porque cierra con la formulación del proyecto de intervención) esa implementación del proyecto dependerá de la articulación del Ministerio con los gobiernos locales. Lo que nosotras armamos fue un escenario fecundo para que eso suceda con una experiencia de 9 años de trabajo en donde esto sucede (en la diplo local). Sabemos que sucede.
¿Qué estructura va a tener la DAIVG?
La DAIVG es un desafío enorme, nosotras también vamos a aprender muchísimo. Se estructura en 4 módulos temáticos troncales y dos seminarios específicos:
Un primer módulo temático conceptual con los conceptos básicos que hacen al abordaje de las violencias y de las desigualdades de género, vemos el tema de masculinidades, de diversidad sexual, de la configuración histórica de los géneros y de las relaciones de poder.
Un segundo módulo que está más enfocado en todo el andamiaje jurídico legal, centrado en el plano de los derechos, que es el respaldo para decir «esto tiene que ver con los derechos y esto tiene que ser garantizado».
Un tercer módulo en el que nos concentramos en una mirada de los actores y las actrices sociopolíticas que intervienen en la construcción de las agendas de género a nivel local y las agendas sobre las violencias.
Y un cuarto módulo que está más pensado para trabajar metodológicamente en los proyectos de intervención.
Además, en el medio van a tener dos seminarios específicos: uno temático sobre educación sexual integral (creemos que la ESI es fundamental para erradicar las violencias, para problematizar las desigualdades, y también para fortalecer a los actores desde la niñez) y otro sobre economía social y solidaria (sabemos que para que las personas, predominantemente mujeres y feminidades, puedan salir de situaciones de violencia es necesario abordar también la progresiva autonomización económica que rompe con las cadenas de dependencia económica). Entonces, tenemos el taller específico de ESI que aborda la dimensión más subjetiva, cultural y educativa, y el seminario específico sobre economía que aborda las dimensiones materiales que hacen a la subalternidad, es decir, la parte económica.