“La actual matriz de programas estatales evidencia un despliegue creciente de instrumentos de apoyo, pero también, un alcance desigual en el territorio. El carácter estructural de las problemáticas productivas y la magnitud de las brechas en la región exigen una labor ‘capilar’, mucho más extendida y un proceso asociativo más profundo.”
José Borello, investigador docente del Área de Sistemas Económicos Urbanos del Instituto del Conurbano UNGS.
En una región tan heterogénea y desigual en términos productivos como el conurbano bonaerense, ¿Cuál es la importancia del accionar estatal en el despliegue de políticas productivas para el territorio?
BORELLO: Hay un despliegue del accionar estatal importante tanto de Nación como desde Provincia de Buenos Aires y crecientemente también desde los gobiernos locales. Los datos del Observatorio del Conurbano permiten ponderar el alcance de diferentes programas del Ministerio de Desarrollo Productivo de Nación en los 24 partidos del conurbano. Los PAC –Programa de Apoyo a la Competitividad-, el Registro Nacional de desarrollo de Proveedores, el Registro Mipyme, Grandes Proyectos de Inversión, Programa de Apoyo al Sistema Productivo Nacional COVID-19, o los Programas de Economía del Conocimiento, evidencian el peso de la región en los beneficios asignados por el Estado nacional.
También hay otras herramientas estatales provinciales/nacionales: las iniciativas de clusters o agrupamientos industriales, como el Programa Agrupamientos industriales de la provincia de Buenos Aires, las líneas de Agricultura a través del PROSAP Programa de Servicios Agrícolas Provinciales, las líneas para agrupamientos productivos y formación para articuladores de red del Mincyt para vincular escuelas técnicas, empresas y universidades; todas estas iniciativas fueron y son muy interesantes, pero lamentablemente su alcance es muy limitado.
Esta matriz de programas estatales evidencia un despliegue creciente de instrumentos de apoyo, pero también, un alcance desigual en el territorio.
El carácter estructural de las problemáticas productivas y la magnitud de las brechas en la región exigen una labor ‘capilar’, mucho más extendida y un proceso asociativo más profundo. […]
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