Por Anabella Zamora A.

“Son muchos. Nos vienen a quitar el trabajo. Viven de subsidios y de los beneficios del Estado”, son algunas de las frases que se escuchan cuando aflora el discurso anti inmigrantes en la esfera pública, tanto desde el ciudadano común como desde algunos dirigentes políticos.

Sin embargo, las cifras muestran que el número de inmigrantes es bajo en relación a la población total, si refiere a personas nacidas en países limítrofes. En el caso del Conurbano Bonaerense (compuesto por los 40 partidos de la Región Metropolitana de Buenos Aires que rodean a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), la presencia de inmigrantes se distribuye de la siguiente forma (según datos de elaboración propia en base al Censo 2010):
Los habitantes totales del Conurbano Bonarense son 11.948.875. De ese total, 342.727 provienen de Paraguay (2,87%), 120.833 de Bolivia (1,01%), 62.220 de Uruguay (0,52%), 60.796 de Perú (0,51%), 26.265 de Chile (0,22%), 7.036 de Brasil (0,06%) y 5.022 (0,04%) son de otros países (ver indicadores).

De acuerdo a estas cifras, la población inmigrante en el Conurbano, representa un 5,23% del total de habitantes. Y los porcentajes más altos son de paraguayos y bolivianos. Laura Reboratti y Andrés Barsky son investigadores y docentes del Instituto del Conurbano, de la Universidad Nacional de General Sarmiento. En esta entrevista brindaron algunas claves sobre lo que significa la presencia de inmigrantes en la RMBA en particular, y en Argentina en general.

Los números muestran que la población inmigrante es apenas superior al 5% en el Conurbano Bonarense. Sin embargo, hay discursos que aluden a una cantidad mayor. ¿Por qué?

Laura: “El común de la gente tiene esta sensación, que estamos llenos de inmigrantes porque hay un alto grado de concentración y barrios donde han armado sus grupos de pertenencia y colectividad, entonces están todos juntos.
El dato del censo es muy interesante porque cuando te hablan de los ilegales o indocumentados, en el censo esto no aparece como problema. Cuando el censista va a la casa lo que le pregunta es dónde nació, no importa si tiene documentos o no. Así que la respuesta del censo es buena por ese lado, y además es desde el universo total.
No hay nada tan universal como el censo. Aunque sea del 2010, y así hayan tenido un hijo por año no varía demasiado. Los hijos de ellos que nacen acá son argentinos y ya no entran en esta estadística”.

¿Cuál es el impacto de esta presencia de inmigrantes en la actividad social y económica de la Región?

Laura: “En términos generales, tiene que ser irrelevante. Por actividad económica es otra cosa porque hay concentración por tipo de actividad económica: los bolivianos en agricultura, los paraguayos en construcción. Ahora si mirás los datos, si bien los paraguayos son la comunidad más numerosa, son muchas más las mujeres paraguayas que los varones, con lo cual el mito de que los paraguayos están en la construcción y le roban el trabajo a los
argentinos tampoco es tal”.

Andrés: “El tema del impacto económico está muy estudiado en otros países, sobretodo en cuanto a mitos tales como que los inmigrantes se benefician del Estado benefactor, que viven de subsidios, etc. En el año 2006, en España un estudio de Caixa Catalunya demostraba que el ´milagro’ del crecimiento económico español -que era de 3% a 4% anual-, se debía en gran parte al aporte de los extranjeros a la economía. Incluso calculaban cuánto aportan al Estado y cuánto ‘se llevan’ del Estado. Y en 2011, un estudio realizado por la Obra Social de la Caixa en plena crisis dio el mismo resultado. Siempre en el cálculo es superior lo que aportan a lo que se llevan, de la manera que lo mires: recaudación fiscal, porcentaje de crecimiento, lo que aportan al PBI. Los estudios son muy claros. En el caso de Argentina, si bien no hay estudios tan específicos en este sentido, acontece la misma situación. Por ejemplo, en la agricultura periurbana, que produce lo que comemos todos los días en la ensalada. La provisión de hortalizas de Buenos Aires, producidas en el cinturón de 9.000 hectáreas que está a su alrededor, el aporte es de un 30%. Y allí los bolivianos tienen un rol principal porque más de la mitad de esa producción es generada por ellos. O sea que la colectividad boliviana está aportando de manera esencial a la seguridad alimentaria de la población.
Asimismo, como agentes económicos han avanzado en la cadena de comercialización mayorista y minorista de una manera muy inteligente, aprovechando las redes que han armado en el territorio. A ello también contribuyó una importante crisis de la horticultura familiar tradicional registrada en los años ´80 y `90 y una retirada del Estado respecto de la regulación de los mercados hortícolas. Situaciones que los bolivianos supieron aprovechar.
Por otro lado, lo que viene ocurriendo desde principios del siglo XX, es que con el correr del tiempo las diferentes colectividades se han ido reemplazando en el desarrollo de esta actividad. Primero estaban los españoles e italianos alrededor de Buenos Aires produciendo alimentos, después los japoneses, y luego los portugueses envejecen y son los bolivianos quienes los reemplazan. La pregunta es quién se hará cargo de esta actividad dentro de 30 o 40 años. En definitiva, hay una serie de actividades económicas que los argentinos no realizamos y que son importantísimas para el funcionamiento de la sociedad”. […]