Por Magdalena Chiara [1]

En el debate electoral existe un vacío enorme en los temas de salud. Los pocos emergentes de la cuestión hacen referencia a la necesidad de jerarquizar institucionalmente su tratamiento (la imprescindible restitución del estatus de Ministerio en el nivel nacional) y a la gravedad de la situación que padecen cada vez más vastos sectores de la población en el acceso a medicamentos, drogas para enfermedades crónicas o vacunas, entre otros insumos críticos.  En esta línea, más de 50 sociedades científicas, universidades y organizaciones de la sociedad civil vienen planteando #SaludEnElDebatePresidencial, abogando para que los temas de salud estén presentes en el debate público en el contexto electoral.

Sin desconocer la importancia que tienen estos asuntos, poco se habla sobre los problemas estructurales que atraviesa el sector salud y que tornan tan frágiles los logros alcanzados. Se trata de problemas complejos que requieren de acciones conjuntas (y sostenidas en el tiempo) del Estado en sus distintos niveles para acortar las brechas de desigualdad que existen entre familias, comunidades y territorios.

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[1] Directora Académica de la Diplomatura Gestión de las Políticas de Salud en el Territorio. Instituto del Conurbano, Universidad Nacional del General Sarmiento.

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