A un año de la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, conversamos con Carlota Ramírez, directora de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia de Buenos Aires, quien nos cuenta la importancia de los feminismos en la transformación social de los discursos y prácticas que “sacaron del armario al aborto”, lo convirtieron en Ley y hoy siguen siendo una pieza clave en su implementación en un territorio heterogéneo como el conurbano.
Ramírez nos comparte una primicia. Anticipa algunos resultados del Informe Ejecutivo “1 año de la sanción de la Ley 27.610” que presentarán el 30 de diciembre, con estadísticas sobre los avances de la implementación de la IVE en los 135 municipios que conforman la provincia y en el AMBA en particular.
En la entrevista, relata los desafíos y avances de la gestión. En el marco de la emergencia sanitaria por COVID, se sancionó la Ley y se redoblaron esfuerzos para encarar dos frentes de lucha, la lucha por la soberanía sanitaria que se libró a partir de la producción pública de medicamentos (Misoprostol) para asegurar su abastecimiento, y la lucha por la soberanía de los cuerpos que llevamos adelante los feminismos y que se libra frente a las resistencias de los obstaculizadores al derecho a la IVE.
Otro actor clave son los equipos que conforman los servicios IVE/ILE, compañeres con gran sensibilidad, muches de elles son parte del movimiento feminista, traccionan y están involucrades codo a codo en la gestión. Los equipos de la Dirección trabajan para sumar efectores en el territorio, pero siempre están les compañeres de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, como sociedad civil organizada exigiendo con un mensaje potente la efectivización de la Ley. La articulación del trabajo en red y la gestión feminista han demostrado ser piezas esenciales a un año de su implementación.
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